He estado un fin de semana en casa de unos amigos y he vuelto muy descansada.
He aprovechado los fantástico rincones del lugar y he hecho unas bonitas fotos al chal que me traje para taparme un poco durante los ratitos del anochecer.
Y, haciéndole las fotos, pensé en todos los momentos agradables que nos brindan los procesos tejeriles
Una prenda hecha a mano es un tesoro, un sucederse de momentos encantadores, donde todos los procesos se miman.
Se empieza con ese momento en que encuentras el patrón ideal para el hilado perfecto o viceversa, cuando por fin das con el hilo para ese patrón que tanto tiempo has esperado tejer.
Cuando tejes la muestra de tensión, eliges tu número de aguja y empiezas a enlazar las puntadas, una detrás de otra.
Y los bonitos momentos en que el hilo fluye y no existe nada más, tus pensamientos se centran en seguir el patrón e ir viendo cómo tu prenda va tomando forma. Bueno, algunas veces hay que volver atrás, deshacer algunas puntadas y seguir de nuevo pero todo forma parte de esos momentos mágicos.
El momento menos romántico de rematar hebras y esconder hilos pero ¡hay quien encuentra el romanticismo también en el momento de cortar el último hilo!
El momento de sumergir la prenda en agua o humedecerla y tensionarla con el bloqueo donde lucen cada uno de los puntos.
Ese momento de encontrar el vestido ideal para resaltar tu prenda, la ocasión especial para ponértela
Y ese momento en que te preguntan, con una chispa de admiración en la mirada, si esa bonita prenda la has hecho tú.
¿Cuál es tu MOMENTO?
Foto: Patrón Chal Dracarys de @sionaland
Fibras: El Algodón de Puf 300 combinado con El Algodón de Julia 3056
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